Acerca de estos delirios

Acá voy a escribir lo que quiero y en la medida en que tenga ganas... No crean que es el blog de García Márquez o de un ganador del Pulitzer; simplemente son cosas que se le ocurren a alguien a quien le gusta compartir. Al que le guste que lea, y al que no, no importa. Nadie se va a morir por no hacerlo... Después de todo lo mío es la radio che!!!

martes, 23 de septiembre de 2008

La insoportable lentitud de los supermercados

Recuerdo cuando era chico y vivía en Villa María. Mi mamá me sabía llevar a hacer las compras al almacén de Don Santi, en la esquina de San Martín y Santiago del Estero. Era un hombre simpático, elegante, alto y muy delgado, y su señora, Doña Manuela, la antítesis por excelencia: bajita, gorda, encorvada y medio chueca. ¡¡¡Pero que buena gente!!!. Era en tiempos en los que yo iba y le decía “Don Santi, dice mi mamá que me de un kilo de azúcar, un paquete de arroz y 200 gramos de mortadela”. Él anotaba todo en la libreta del almacenero y a fin de mes sumaba y se pagaba sin chistar. Si uno tenía dudas, se llevaba la libreta a casa y sumaba por su cuenta. Pero esos tiempos han cambiado y la modernidad nos trajo de regalo los hermosos y maravillosos supermercados, que nos han solucionado todos los problemas.... Hmmmm dijo la muda.

No debe haber tarea más exasperante, al menos en Argentina, que ir a comprar a un supermercado. Ni que hablar si se trata de un fin de semana, o si es día de descuentos especiales. Lo que debería ser una cuestión de comodidad y por qué no hasta un entretenimiento, termina siendo por lo general, una verdadera tortura. Digamos que uno llega y comienza a realizar las compras. Muchas veces se encuentra con amigos, se tienta y se da algún gusto, y compra de un saque lo que necesita para toda la semana. Hasta ahí vamos bien. El calvario comienza en el momento de a acercarse a la línea de cajas para pagar.

Cuando viví un tiempo en Chile por razones de estudio, yo era el encargado de hacer las compras para los cinco changos que compartíamos un departamento en Santiago. Iba al supermercado con la lista, cargaba el carrito, enfilaba para la caja y al ratito estaba en la vereda con las bolsas, cargado como un Equeko. Sin embargo en este país, desgraciadamente no pasa lo mismo. Por lo general, en supermercados como Disco o el pedorrísimo Super Vea que detesto (son los que tengo cerca de mi casa) hay unas diez o doce cajas, de las cuales normalmente sólo funcionan cinco o seis. De estas, una seguro que es para el pago de impuestos y servicios, lo que lentifica el avance de la cola hasta límites insospechados. Pero no veamos todo tan negativamente; supongamos que son varias más las cajas que atienden. La solución parece llegar a fin...

Pues no. Aquí surgen nuevos y frecuentes inconvenientes. Una vez descargado todo el contenido del carrito de compras en la cinta transportadora de la caja, descubrimos que ésta no funciona y él o la cajera, tiene que acarrearlas manualmente para poder cobrarlas. A veces nosotros colaboramos, pero ya comienza la demora. Ahora sí, sólo es cuestión de pasarlas por el scanner ¡y listo! ¿Sí? ¡Magoya las va a pasar con facilidad!! porque resulta que ahora lo que no funciona adecuadamente es el lector láser de la máquina. En consecuencia, el pobre cajero/a tiene que teclear manualmente el código del producto, como si hiciera cuentas en su calculadora, y aquí es el momento de encontrarse con la nueva sorpresa: el precio del producto no coincide con el visto en góndola. Práctica habitual de muchos supermercados argentinos, es esta del cambio de precios. Por lo general ponen, “un suponer” como decía La Chona, una lata de atún en aceite de oliva sin precio, y al lado el más ordinarios de los atunes desmenuzados (sólo Dios y la Santísima Virgen saben lo hay dentro de esa latita) a la tercera parte del primero, con el cartelito indicativo confusamente colocado. Uno en el apuro, ve el artículo, le parece barato y lo carga en el changuito hasta que se da cuenta de la “confusión-estafa”. Ante el reclamo, el cajero/a llama a un colaborador para que vaya a corroborar el asunto. A todo esto, la cola es cada vez más larga y la gente comienza a mirarnos, muy razonablemente, con un cierto rictus de odio en la carota. Después de esperar la comprobación de precio, nos dicen que efectivamente ha sido error de la casa o bien que nosotros no nos percatamos de que ese valor era para tal producto, que tiene 30 gramos menos que el otro. Solucionado de alguna manera el diferendo, pero aún con toda la bronca del mundo, sacamos la tarjeta de crédito para pagar y... ¡oh sorpresa!! No anda bien el sistema y se demora la autorización. Cuando por fin tenemos el ticket en la mano, cargamos las bolsas en el changuito y salimos rumbo al auto mascullando toda la bronca del mundo.

A veces somos nosotros los que estamos inmediatamente detrás, tan sólo con una botella de cerveza en la mano que al momento de sacarla de la heladera estaba a punto, y ahora comienza a entibiarse. Convencidos de que nuestro trámite será mucho más rápido y sencillo que el del pobre tipo anterior, ponemos la botella al lado del cajero como diciendo “yo te la alcanzo porque sé que la cinta no anda; apurate por favor que se me calienta la cerveza”. En ese preciso instante, el cajero/a nos dice con su más amble sonrisa: “disculpe, tengo que hacer retiro de caja”. Y ahí nomás comienza a llamar a los gritos a la responsable de tal menester: ¡Andrea, Andrea.... Retiro!!! Y resulta que Andrea está en la caja ocho haciendo otro retiro, después va hasta la caja uno para llevarle un poco de cambio, ahora retira de la caja once, soluciona un problema de tarjeta de débito en la caja cuatro, una señora se queja no sé de qué carajo en la caja nueve, la cajera de la seis le pide monedas, vuelve a la dos porque hay una devolución y por fon llega a la caja doce donde estamos nosotros. Sí justo en la última, porque era la que avanzaba más rápido. Cuando por fin se cierra el cajoncito de la plata y pasan nuestra “única” botella por el famoso scanner, la cajera nos dice: “tiene el ticket de la botella”. Se lo damos, lo mira, y ahí nos percatamos de que necesita la tarjeta de autorización que tiene Andrea.... y otra vez la misma historia ¡Andrea, Andrea.... Vale de botella!!! Andrea, está en el baño porque con tantas ideas y venidas le agarró flor de cagadera. Una hermosa y tierna viejita que está en la caja de al lado nos dice al vernos a punto de reventar la camisa como El Increíble Hulk: “Mijito, pase por acá que usted tiene una sola cosa”. Cambiamos de cola, pagamos la cerveza de mierda, damos las gracias como corresponde a la venerable abuela y salimos puteando contra el supermercado, la Cristina Kirchher que justo esta vez no tuvo nada que ver y no dejamos un santo en pie. Llegamos a casa , pelamos un salamín, destapamos la Budweiser, la servimos en el vaso y... ¡parece meada de camello, en medio del Sahara a las 2 de la tarde...!

¡¡¡Vuelva don Santi!, donde quiera que esté!!!!!


domingo, 7 de septiembre de 2008

La botica se quedó sin ángel...

Puede que el título no sea demasiado original, pero es el único que se me ocurrió. No quiero que De a poco voy entrando... se convierta en un blog de necrológicas (porque veo que cada vez es más la gente querida que se va), pero la muerte del gordo, creo que nos entristeció a muchos. ¿Desde cuándo soy tan admirador y seguidor de él?, no sé, creo que desde hace no más de 48 horas. No sé por qué su muerte me llegó profundamente. Posiblemente porque fue un personaje extraño del que poco sabía y que siempre me llamó la atención. Si bien no era seguidor, cada vez que lo veía en la televisión me quedaba un rato frente a la pantalla; siempre tenía algo interesante para escuchar.

Pensaba hoy en cómo podía explicarle a un extranjero quién era Bergara Leuman... ¿Cómo definirlo? Nunca lo supe hacer, por eso hoy me metí en Internet a buscar información acerca de él, y me encontré con la mejor de las definiciones que me aclaró muchísimo el panorama: “multifacético artista: actor, productor y escritor teatral , dibujante, escenógrafo, vestuarista y conductor de espectáculos”. ¿Qué tul...? Yo agregaría por mi parte que, más allá del dinero, era una especie de mecenas de los artistas que querían tener un espacio. Al menos eso se desprende de los testimonios de muchos de sus amigos a los que les dio una mano cuando no eran nadie. Era un símbolo de la cultura no comercial.

Eduardo Gustavo Bergara Leuman (su nombre completo) nació el 5 de septiembre de 1932 en Buenos Aires y eligió la misma fecha, setenta y seis años más tarde, para dejar su famosa Botica del Ángel sin dueño. Hasta donde sé, fue un hombre que hizo de todo desde muy joven. El suplemento Radar, del diario Página 12 decía de él: Fue el primer artista total, capaz de pintar, escribir, actuar, animar, coser y reportear. Inventó el rejunte chic de San Telmo, el café concert, la insolencia con el público, el cholulismo como bella arte. Se hizo famoso con la Botica del Angel, museo excéntrico del tango que supo tener su época de oro en la TV y hoy funciona en la ex iglesia de Montserrat, donde también vive. (http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-2068.html)

Recuerdo que desde chico veía cada tanto, cuando lo hacían +mis padres, su programa por TV. Para mí era un ser tan extraño al que nunca pude entender hasta que fui grande. Un personaje tan raro que se vestía de ángel para conducir las emisiones. Daba gracia ver ese cuerpo voluminoso con alitas blancas. Yo lo recuerdo y muy bien, pero a pesar de ser todo un personaje, creo que tal vez hay gente de las nuevas generaciones que nunca escucharon hablar de él. Para ellos y para mis amigos extranjeros les cuento muy brevemente que, como ya se habrán dado cuenta, fue todo un personaje de la vida cultural porteña. Un día de diciembre de 1966, fundó una sastrería en la calle Lima, a la que puso por nombre La Botica del Ángel. Pero no todo quedó en telas, tizas, centímetros, agujas, hilos y tijeras... La decoración era de grandes pintores y en su interior había de todo; por eso se llamaba La Botica... El día de la inauguración el local se llenó de curiosos. Con lo poco de plata que le había quedado, compró vino y rosquitas para invitar a los inesperados visitantes. Su sastre bajó una victrola, puso un perchero con sombreros y sacaron a bailar tangos al público, como una manera de entretenerlo. Al día siguiente, a la hora de abrir las puertas, la gente hacía cola en la vereda para ver ese lugar tan extraño. Así, desde el comienzo mismo, el destino de la sastrería teatral, estaba sellado. Pronto la casa se convirtió en el primer café concert de la ciudad. Allí hicieron sus primeras armas figuras en ese tiempo ignotas o casi, figuras como Susana Rinaldi, Horacio Molina, Nacha Guevara, Valeria Lynch, Andrés Percivalle y el Cuarteto Vocal Zupay. Cuanto género artístico existe, tuvo lugar en La Botica del Ángel, hasta que ¿el progreso? de la ciudad arrasó con la vieja casona para ampliar la Av. 9 de Julio. Desde entonces, funcionó en Luis Sáenz Peña 541 en lo que, tengo entendido, era una vieja iglesia o algo así. Niní Marshall, Tania, Antonio Gasalla, Leonardo Favio, Haydée Padilla, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y Mirtha Legrand, eran habitués del lugar. Tiempo después llevó el espíritu de su local a la televisión y durante varios años un programa con el mismo nombre.

Entre 1974 y 1980 estuvo radicado en Europa. Allí actuó con artistas de la talla de Raquel Welch, Jean Paul Belmondo, y Fernando Rey. Intervino en las películas "Casanova", de Federico Fellini, y “Calígula”. A su regreso al país volvió a la televisión, esta vez con La Botica del Tango. De traje, chaleco, galera y pañuelo al tono, era siempre un anfitrión espectacular para los invitados y un elenco que no se quedaba atrás: Roberto Goyeneche, Guillermo Fernández, Amelita Baltar, Raúl Lavié, Alberto Castillo, Ricardo “Chiqui” Peryra y tantos más. Canal Volver lo homenajeó durante la tarde y yo me di un panzada de música, glamour, simpatía, buen gusto y excelente conducción de parte de Bergara. ¡¡¡¡Un maestro el gordo!!!!!!!


Algunos diarios del mundo lo recordaron. Dicen todos lo mismo, pero ¡qué honor carajo!
http://www.correodelcaroni.com/content/view/107472/127/

http://www.globovision.com/news.php?nid=97865

http://www.ultimahora.com/notas/151837-Murió-Eduardo-Bergara-Leumann

http://www.elpais.com.uy/Registro/Login.asp?refacc=0&vurl=%2F08%2F09%2F06%2Fpespec%5F368246%2Easp&erracc=99&url_qs=

http://www.terra.com.mx/articulo.aspx?articuloId=730776&ref=1

http://www.vanguardia.com.mx/diario/noticia/arte/vidayarte/murio_el_artista_plastico_y_animador_argentino_bergara_leumann/219701
http://www.elcorreogallego.es/index.php?idMenu=11&idNoticia=339869

A los que quieran saber algo más acerca de La Botica del Angel, les recomiedo leer: http://www.revistaelabasto.com.ar/BoticaDelAngel.htm