Tuve que escribí algo autoreferencial para mi nuevo blog, y ya que estamos, lo ponemos acá también ¡Qué tanto!
Llegué a esto del Periodismo y las comunicaciones, cuando tenía unos 20 años allá por 1984 más o menos. Yo entonces estudiaba para ser Técnico Superior en Administración de Empresas, título demasiado ampuloso si se quiere para una actividad a la que jamás me dediqué.
Me encontraba estudiando en segundo año de esa carrera, en la ciudad de Villa Nueva, Córdoba, cuando un día Graciela Zanotti, la encargada de las Comunicaciones Sociales del Obispado de Villa María, me ofreció ser Secretario de Prensa de ese obispado, bajo la administración de mi recordado obispo, Monseñor Alfredo Guillermo Disandro. Yo estaba sin trabajo y así, de un día para otro, me vi haciendo algo que jamás había imaginado. Comencé a contactarme con los medios de la ciudad (entonces tan sólo un diario, una radio y un canal de TV por circuito cerrado) y a mandar gacetillas y suministrar información. Una cosa trae a la otra y ya eran los medios quienes me pedían artículos escritos, entrevistas, y demás cuestiones vinculadas al tema.
Cierto día, también por cosas del azar, fui a LV 28 Radio Villa María a realizar algún trámite que ya ni recuerdo, relacionado con mi trabajo. Allí me encontré con un viejo amigo de Arroyo Cabral, Marcelo Degiovani, quien participaba de un casting de locutores. Me había gustado la idea pero no me había animado a presentarme. Ante la insistencia de mi amigo lo hice y entre más de cien postulantes quedé en segundo lugar. El primer puesto había sido para un muchacho llamado, si mal no recuerdo, Miguel Reyna. Él fue el elegido y de inmediato comenzó a trabajar. Lamentablemente al poco tiempo falleció y yo fui llamado en su lugar. Mi alegría era inmensa. Mi turno de trabajo… sábados y domingos de seis de la mañana a siete de la tarde. ¡Casi nada! Recuerdo los nervios y la emoción de aquella madrugada inicial, y la generosidad de mi primer compañero de tareas, Oscar Manuel Ferradans, posteriormente un alto jefe de la Policía de la Provincia de Córdoba. Semana completa… De lunes a viernes en el Obispado y fines de semana en la radio. Así descubrí mi vocación por la radio y los medios en general.
Con este cambio en mi vida, en 1988 decidí estudiar y al comenzar el nuevo año me vine para Córdoba Capital. Estudié Periodismo y Locución Nacional. Aún recuerdo la alegría de tener en mis manos aquel carné otorgado nada más y nada menos que por ISER; toda una verdadera proeza por aquellos días. Durante esos años me pagué los estudios trabajando como becario en Radio Cura Brochero, de la misma escuela de periodismo. Fue por ese entonces que me llegó el ofrecimiento de hacer un curso organizado por el CELAM en Santiago de Chile. Me postulé, fui elegido y becado. A fines de julio de 1992 crucé la Cordillera de los Andes y junto con otros 18 periodistas de toda Latinoamérica, durante cuatro meses viví los momentos más felices de mi vida, mientras estudiaba en la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Paaaahhhhh que nombre; casi me quedo sin aire cuando la quiero nombrar de corrido….
A mi regreso vuelvo a Radio Cura Brochero y en marzo de 1994 soy llamado para participar de un proyecto encarado por el diario La Voz del Interior: FONOVOZ, un, por ese entonces, novedoso sistema de información telefónica. Años más tarde fui designado como uno de los responsables de la edición electrónica del diario y escribí para los diversos suplementos. De allí en más colaboré con revistas de folklore, escribí Nacidos Para Cantar Juntos, el primer libro con la vida de Los Fronterizos, e hice mis programas en Radio María Argentina, transmití el Cosquín 2008 para esa querida emisora, y hoy me siento frente al micrófono de Radio Cultura, para compartir lo poco o lo mucho que aprendí en estos ya casi 25 años.
Eso, más o menos, es lo que puedo decir de mi vida periodística.
Acerca de estos delirios
Acá voy a escribir lo que quiero y en la medida en que tenga ganas... No crean que es el blog de García Márquez o de un ganador del Pulitzer; simplemente son cosas que se le ocurren a alguien a quien le gusta compartir. Al que le guste que lea, y al que no, no importa. Nadie se va a morir por no hacerlo... Después de todo lo mío es la radio che!!!
martes, 14 de julio de 2009
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