El Día de la Independencia recibió a los argentinos con una mala noticia. Facundo Cabral, el trovador argentino, el hombre que predicaba la paz con sus canciones, cayó en Guatemala víctima de la violencia. Un verdadero contrasentido; una burla del destino.
La noticia conmocionó no sólo a los argentinos sino al mundo de habla hispana que inmediatamente se hizo eco de la noticia.
Cabral, en sus comienzos musicales “El Indio Gasparino”, se encontraba en Guatemala realizando una serie de conciertos, el último de ellos el pasado 5 de julio en Quetzalquenango.
El cantante argentino se dirigía, según las informaciones llegadas a través de la prensa guatemalteca, hacia el aeropuerto La Aurora, en Ciudad de Guatemala, cuando su vehículo sufrió un ataque armado perpetrado frente a la estación de bomberos municipales. El chofer de uno de los vehículos que acompañaban a Cabral dijo que hombres que se conducían en dos vehículos arremetieron contra el cantautor, comenzando una serie de disparos que acabaron con la vida del músico argentino y dejaron herido a un empresario que lo acompañaba.
El secretario de Comunicación Social de la Presidencia de Guatemala Ronaldo Robles declaró al conocerse el hecho que "Es triste que este hombre que le cantaba al amor, a la paz y a la alegría haya perdido la vida por unos bastardos en Guatemala". El funcionario nacional dijo que se comenzaron las investigaciones y que esperan capturar a los responsables de este hecho. Según informó el diario Prensa Libre, Robles aseguró que el presidente Álvaro Colom “está consternado por este hecho cobarde”, y que tres equipos especializados de investigadores han sido asignados para trabajar en este asunto.
Facundo Cabral murió a los 74 años. Un argentino que caminó el mundo, murió lejos de su patria; tal vez como debía ser. Al fin y al cabo el mundo era su casa. Ya había dicho hace muchos años “no soy de aquí ni soy de allá”. Paradójicamente la canción con la que cerró el último de sus conciertos.
Cristián
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