Nuestra ciudad fue elegida para llevar adelante el lanzamiento de esta prueba piloto que finaliza esta semana. Jujuy al Momento dialogó sobre este y otros temas con Juan Carlos Márquez.
Juan Carlos Márquez es Licenciado en Educación para la Salud y desde hace tiempo viene desarrollando una importante tarea de prevención y educación en la materia.
La Licenciatura en Educación para la Salud es una carrera que se dicta solamente en dos universidades del país, como carrera de grado. La primera fue la Universidad de Santiago del Estero. La segunda en dictar la carrera fue la Universidad Nacional de Jujuy, en el año 1992.
En nuestra ciudad, la carrera nació a través de un convenio entre la Universidad y el Ministerio de Salud de la Provincia, con la idea de que todos los egresados pudiesen comenzar a trabajar en el área preventiva. Para conocer más acerca de esta disciplina, su campo de acción y las tareas que en tan sentido se están desarrollando en la provincia, Jujuy al Momento dialogó extensamente con Juan Carlos Márquez, referente en la materia en nuestra ciudad.
La pregunta para comenzar la charla en un café del centro jujeño fue ¿Qué es la Educación para la Salud?
La educación para la salud busca desarrollar acciones educativo sanitarias, para favorecer que las personas puedan tener mejores actitudes en el cuidado de su salud, modificar sus hábitos para que estos sean saludables a través de las diferentes acciones que se proponen en este campo. Son acciones que se desarrollan en la comunidad.
El perfil del educador para la salud permite diseñar, ejecutar y evaluar estas acciones en diferentes ámbitos, por ejemplo en el ámbito educativo a través de la enseñaza en las aulas y en el campo de la salud, por medio de la incorporación a los equipos de salud como una herramienta de trabajo interdisciplinario. El ámbito de trabajo es el socio comunitario y el espacio de atención es el sistema de salud organizado del Estado. Sin embargo la educación para la salud ha comenzado a incorporarse a otros campos como el laboral. Todo lo que tenga que ver con la salud de los trabajadores es un campo de la educación.
Por ejemplo en una fábrica…
Exacto. Un educador para la salud puede trabajar en una fábrica, sobre todo detectando de factores de riesgo que puedan afectar la salud de las personas y trabajar todo lo que son factores protectores y la parte de la salud específica de la gente. Nuestra tarea busca prevenir enfermedades y promover salud. Por eso el trabajo puede ser en diferentes ámbitos; el comunitario en especial, a través de las organizaciones de la sociedad civil, fundaciones, organizaciones etcétera.
La salud es una construcción social, además de ser un derecho. Las visiones que se tienen de este campo son muy amplias. Al ser una construcción social aprendemos lo que es la salud en nuestra relación con los otros. Por lo tanto si uno trabaja desde esa mirada, ve cómo vamos conformando las significancias y qué lugar ocupa la salud en nuestra vida, después lo hacemos en nuestra relación con los otros.
Mi caso específico es trabajar en el Hospital San Roque, realizando toda la parte preventiva. Todo el trabajo con la comunidad, en este caso en particular en el Servicio de Infectología, con lo que es prevención de VIH y Sida e infecciones de transmisión sexual. Se diseñan campañas, se hace planificación de actividades, talleres, encuentros con la comunidad. Ese es el primer nivel de prevención, en el que se difunde información y se trabaja para que la gente modifique actitudes.
También trabajo en el segundo y tercer nivel de prevención, que en este caso ya es trabajar con personas infectadas con el virus VIH. Si en el caso de la persona que no se cuidó y se infectó, se trabaja en el nivel secundario para evitar que progrese a estadios avanzados de la enfermedad o adquiera otras con infecciones. En un tercer nivel, se trabaja para favorecer la rehabilitación de la persona y su reinserción en la sociedad.
¿Qué es la Sala siete del Hospital San Roque?
Históricamente el Hospital San Roque estuvo abocado a las infecciones respiratorias; allí funciona el Programa Provincial de Tuberculosis. Los especialistas en neumonología están en el San Roque. La Sala 7 se ha transformado en el centro de referencia provincial para la detección, seguimiento y atención de las personas que viven con VIH y Sida. El 80 por ciento de los infectados en la provincia se tratan en el San Roque.
La Sala 7 no es exclusiva de VIH y Sida sino que es el referente, como también lo es en enfermedades con las hepatitis crónicas, el HTLV que es otro retrovirus, una enfermedad endémica de nuestra región. Trabajamos con enfermedades ponzoñosas, rabia, dengue, rickettsia que la produce la garrapata, picaduras de alacrán, de víboras, pero como el trabajo fuerte es con VIH Sida ha quedado asociada.
Muchos hospitales no tienen esta llegada con la comunidad y trabajan más desde la asistencia. Reciben al paciente y lo asisten. En cambio además de la asistencia, el San Roque trabaja desde la prevención y la promoción de la salud. Yo acompaño desde mi experiencia y desde mi formación, para favorecer a que el trabajo que se desarrolla con la comunidad, pueda repercutir y nos sirva también a nosotros.
En estos momentos están con la campaña de detección precoz…
El Servicio de Infectología desde hace tres años viene trabajando de manera conjunta con organismos nacionales a través de diferentes proyectos que se están desarrollando. Uno de los últimos acuerdos que se firmaron es con al Fundación Carlos Alvarado y con la Fundación Huésped, para el desarrollo de una estrategia piloto que se denomina “Tratamiento 2.0”
Esta estrategia es la que propone la Organización de Naciones Unidas para el trabajo con Sida, más conocida como ONU SIDA. Busca favorecer la accesibilidad de las personas al sistema de salud para una detección temprana y oportuna, así cuando esta persona es detectada temprana y oportunamente puede iniciar el tratamiento medicamentoso que se denomina “Tratamiento retroviral”.
Este tratamiento va a tener un doble efecto, sobre la salud de la persona, pero a la vez va a cortar la cadena de transmisión del virus hacia otros. Ya está totalmente demostrado que al comenzar un tratamiento anti retrovitral, si bien no podemos matarlo al virus, si podemos de alguna manera encapsularlo para que no se siga reproduciendo. Al no reproducirse el virus dentro del cuerpo de la persona, va a permitir que esta mejore su calidad de vida y no va a ser tan fácil la transmisión a otra. Ya no es tan fácil la transmisión.
¿Contagio o transmisión?
En ese caso no se habla de contagio sino de transmisión; hay una gran diferencia entre los dos términos que la gente no conoce. Hay enfermedades contagiosas y otras transmisibles. En este caso, este virus en particular en su estructura tiene ARN – Ácido Ribonucleico- y necesita para poder reproducirse, del ADN de la célula viva de un humano. Por eso tiene que haber transmisión; no puede reproducirse por si sólo, como de repente sucede en otras enfermedades, como una gripe o una tuberculosis. En este caso tiene que haber un elemento biológico que es la célula humana. Se une el virus a nuestra célula, le transmite toda la cuestión genética y comienza todo su ciclo de preproducción.
Por todo esto no es tan fácil el tema del VIH, por eso no es fácil encontrar la cura; es difícil y complejo el tema del tratamiento. Sin embargo en estos treinta años desde que se descubrió esta enfermedad, se ha avanzado mucho más que en otros casos. Francisco Maglio dice que el sida vino a meterse justamente en los placeres de la vida; se metió en nuestra cama; se metió a través el uso de drogas. Ha venido a meterse en nuestra vida íntima. Por eso avanza en cuanto a cantidad de infecciones, pero por suerte también avanza en tecnología, en investigaciones.
Hoy hay más cantidad de casos pero también más posibilidades de tratamiento…
Hoy por ejemplo la cantidad y la calidad de vida de personas que viven con VIH es impresionante. Treinta años atrás era una sentencia de muerte. Cuando salió la primera medicación en el año 96 nadie pensaba que iban a haber más de cuarenta medicamentos retrovirales que forman parte del Vademécum Nacional. O sea que están disponibles de manera gratuita, para atender en este caso, esta infección con muy buenos efectos que permiten calidad y cantidad de vida. Además cada vez son menos tóxicos y simplificados, porque hoy varios medicamentos se ponen en una sola pastilla; es más fácil tomarlos y se han reducido los efectos colaterales.
Argentina es uno de los cuatro países de Latinoamérica que por ley entrega medicación gratuita. Los otros son Brasil, Colombia y Chile. Es un tratamiento muy costoso; hablamos de 2500 a 3 mil pesos en tratamiento básico por mes. El Hospital San Roque tiene unas 200 personas que están en tratamiento. El Estado a través de la ley 23798, que es la Ley Nacional de Sida, puede favorecer a que las personas accedan a la detección, el tratamiento y el seguimiento e manera gratuita. La ley establece también que las personas pueden acceder gratuitamente a elementos de prevención como los preservativos.
¿En que consiste la campaña de detección precoz?
Por ley nacional, todos los establecimientos públicos de salud están obligados a favorecer el ingreso al sistema de salud y hacerle análisis a toda persona que lo requiera. Nosotros, en este proyecto del “Tratamiento 2.0”, estamos desarrollando hasta el 27 de abril, una campaña de detección a través del testeo rápido. Es un test que con una gotita de sangre que se saca del dedo, te da el resultado en quince minutos. Es una prueba piloto porque en realidad, en todos los centros de salud que hacen el análisis para VIH te tienen que extraer un poco de sangre. Esto es más rápido.
La experiencia piloto se está llevando a cabo en nuestra ciudad en los tres puestos de salud de Alto Comedero: La Loma, Che Guevara y 18 Hectáreas.
El Ministerio de Salud de la Nación ya viene pensando en comenzar a utilizar los test rápidos a partir del año que viene, en todos los casos. Pero primero quieren saber si la población acepta hacerse el análisis y que en quince minutos te den el resultado. Hay mucha gente que tiene miedo y prefiere ignorar.
¿Cuál ha sido la respuesta de la gente hasta ahora con esta experiencia?
En estos días que lleva la campaña se han acercado más los adolescentes y los jóvenes que tienen otra consciencia, y tiene mucho que ver con el trabajo de sensibilización de la comunidad. Además también es una manera de desmitificar y quitar estas cuestiones de tabú sobre el tema. Hay una cuestión más que nada de peso social que otra cosa.
La forma correcta es hablar de VIH y Sida, porque son dos periodos o procesos totalmente distintos. La infección comienza a partir del momento en que el virus ingresa a mi cuerpo y puede desarrollarse hasta por diez año sin que yo me de cuenta, sin causarme ningún problema de salud asociada a lo que se denominan “enfermedades oportunistas”. Pasa el tiempo y las defensas bajan. Ahí ya hablo de otra etapa que es SIDA.
Cristián Aldasoro
Publicado en: http://jujuyalmomento.com.ar