Acerca de estos delirios

Acá voy a escribir lo que quiero y en la medida en que tenga ganas... No crean que es el blog de García Márquez o de un ganador del Pulitzer; simplemente son cosas que se le ocurren a alguien a quien le gusta compartir. Al que le guste que lea, y al que no, no importa. Nadie se va a morir por no hacerlo... Después de todo lo mío es la radio che!!!

jueves, 7 de marzo de 2013

Monseñor Fernández “El de Benedicto me pareció un gesto de grandeza”


Con motivo de la renuncia de Benedicto XVI, Jujuy al Momento conversó con el obispo de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, acerca del ya expapa.




¿Qué significa para la Iglesia la renuncia del Papa?

El primer sentimiento fue de sorpresa. Todos en esa mañana nos preguntábamos ¿qué está pasando? Fue algo realmente sorpresivo, porque no se esperaba para nada. Si hubo un secreto bien guardado fue ese, porque salió de improviso y nos tomó a todos por sorpresa.

Después, uno trató de escuchar al Papa en todos estos días desde su anuncio para ver sus razones y motivos. A mí, personalmente, me pareció un gesto de mucha humildad y de grandeza.

No lo quiero contraponer al otro gesto de grandeza de Juan Pablo II, de quedarse hasta el último momento porque son personas o situaciones distintas. “Cada uno tiene su conciencia ante Dios” como Benedicto lo ha dicho; él lo ha pensado y meditado ante Dios como uno entiende que también lo hizo Juan Pablo. Con el tiempo se fueron comprendiendo sus motivos, sus razones. Me pareció un gesto de grandeza muy grande, de amor por la Iglesia y de humildad. De sentir que lo abandonan las fuerzas. Un hombre tan lúcido, que debe tener como nadie la comprensión del mundo, de la Iglesia y de su propia realidad; vio que se siente inadecuado para poder responder a los desafíos. Como vio que esta era una posibilidad, contemplada en el Derecho Canónico, tomó decisión.

 
¿Cómo define a Benedicto XVI?

En primer lugar yo creo que lo tenemos que mirar desde la fe y encontrar en el Papa, desde San Pedro en adelante, a quien como obispo de Roma cumple esa misión de guardar la comunión de toda la Iglesia, de instruirnos en la fe, de acompañarnos en la caridad. En eso cada uno y cada época de la historia ha tenido el Papa que Dios le deparó de acuerdo a las necesidades.

A Benedicto le tocó una situación difícil. Primero venir detrás de Juan Pablo II, un hombre carismático, que le encantaba estar entre las multitudes, pletórico de fuerzas en su mejor momento y que conquistó realmente el corazón de la humanidad. Venir detrás de alguien así, siempre es difícil.
Después había problemas en el interior de la Iglesia y en el mundo cambiante, sumamente delicados para atender. Creo que en eso sufrió -de afuera- la incomprensión de su misión, desvalorizando un poco su tarea, pensando que era una persona solamente conservadora, de mente cerrada a los problemas del mundo de hoy, cuando pienso que no era así. También le tocó la cruz de tener que enfrentar momentos muy delicados hacia adentro de la Iglesia y sacarlos a luz con valentía y ponerles remedio en la medida en que se veía que hacía falta.

Creo que Benedicto XVI hizo un gran aporte desde su mansedumbre. Es un hombre muy manso. Yo estuve cinco veces con él y pude ver que es un hombre que desbordaba ternura, su persona, su afabilidad, un hombre de mente brillante, rápido.  


Juan Pablo II fue un Papa muy pastoral, de salir hacia la gente ¿Cuál fue su perfil?

La veta de Benedicto fue desde su racionalidad. No nos olvidemos de que es un teólogo, ha hecho un  enorme servicio en su catequesis, en todo lo que nos ha enseñado a lo largo de estos años. Es un hombre lleno de espiritualidad. Uno lee cosas del Papa llenas de fervor; no es letra fría lo que escribe. Desde su racionalidad y desde lo que entiende que es la verdad buscó guiar al mundo y la Iglesia hacia eso. Buscó mover primero el intelecto para que luego se mueva el corazón a buscar el bien. Creo que ese ha sido su intento.

Por otro lado, desde esta comparación con Juan Pablo II, uno ve el enorme esfuerzo que ha significado para él estar siempre en medio de la gente, escuchar problemas y cosas que le cambiaron la vida con respecto a lo que venía haciendo.

 
¿Qué va a hacer Benedicto de acá en más?

Por lo que nos dijo ayer, el Papa no vuelve a la vida privada. No es que se jubiló de Papa y se va a coleccionar monedad o a pescar. En un momento yo pensé por qué no se va a Alemania, con su gente. Ayer entendí por qué. Él dijo que deja la tarea pero sigue de alguna manera ligado, y en la cruz en la que lo ha puesto Dios, pero haciendo otra cosa: rezando por la Iglesia, desde un lugar muy cercano.
No se va lejos porque siente que ese fue y es su lugar.  Se siente ligado al Vaticano, a Roma. Por eso se queda en convento pero rezando.


El Papa Juan XXIII dijo en los años sesenta que la Iglesia no puede ser un museo cerrado, sino una casa de puertas y ventanas abiertas al mundo. ¿Qué hizo Benedicto al respecto?

Benedicto XVI apostó por la racionalidad y a tratar de que la verdad convenza. Ese fue el modo de acercarse al mundo. Ofreciendo la verdad del Evangelio, de la vida de Dios; esa fue su apuesta. No negarse a conversar con el que piensa distinto. Cuando uno lee algunos de sus libros más pastorales o algunos escritos que no son tan dogmáticos te das cuenta de que comprende los problemas. Pero el piensa que el servicio es ofrecer la verdad.
Lo que esperan a veces desde afuera es como una especie de componenda, de ver cómo  podemos amalgamar una cultura que está hoy muy lejos a lo mejor, de lo que es el humanismo cristiano, de siglos y siglos. Cómo podemos amalgamar eso con las verdades de la fe haciendo una especie de ensalada, donde se mezclen un poco las cosas. Esa es mi impresión. No que cerró la ventana, sino que en un intento de dialogar ha tratado de expresar su pensamiento que él piensa que es la verdad que tiene que ofrecer. Eso me parece que fue su intento de buscar desde la verdad y de la fe, dialogar con los que no tiene fe o piensan distinto con el convencimiento de que juntos podemos encontrar la verdad, sin imponer ni decir en qué pactamos. Nos ha invitado permanentemente a que busquemos juntos la verdad..


¿Qué perfil debería tener, según su opinión, el nuevo papa, acorde a estos tiempos?

En lo personal, de acuerdo a como viví siempre mi experiencia de Iglesia, creo que debería ser un pastor cercano que escucha, que toma la oveja enferma y la cura. Que busca la oveja perdida con una actitud muy misericordiosa con el mundo, con los demás, sin dejar ni renunciar a la verdad, porque sería traicionarnos a nosotros mismos. Buscar los mejores modos de que esa verdad llegue a todos, especialmente a los que no conocen a Jesús.

Hacia adentro de la Iglesia que sea alguien que nos ayude a todos a ser más buenos, a ser más santos. La Iglesia por ser una entidad que tiene sus raíces en este mundo consta de elementos humanos -que somos los hombres- que formamos las estructuras. Por eso hay mucho que pulir, mucho que limpiar, para que brille lo esencial que tenemos que mostrar, que es nuestra fe y el mensaje del Evangelio.

¿Cómo deben vivir los cristianos este tiempo?

Yo creo que este tiempo se debe vivir con una súplica al Espíritu Santo que es el que guía la Iglesia.

Cuando Juan XXIII propone el Concilio Vaticano Segundo propone también que a esa reunión, que es de obispos católicos, puedan ir también de otras confesiones. No a votar en el sentido simple de explicarlo, pero sí como oyentes, participantes de otras religiones y algunos cardenales decían que no porque iban a enterarse de muchas cosas que después le podían hacer mal a la Iglesia. Él dijo “si no la destruimos nosotros que estamos adentro hace veinte siglos, con los que están afuera no hay peligro”. Eso me parece muy luminoso a tener en cuenta.

Somos nosotros los creyentes los que tenemos que cuidar nuestra iglesia, nuestra fe, en el sentido de ser cada día más lo que nos pide Jesús.

Publicado en www.jujuyalmomento.com.ar

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